He llegado al punto de mi vida, donde tengo tan poco tiempo y energía que si veo que los Boss son simples esponjas de vida y/o la dificultad es artificial, lo pongo si hace falta en fácil para poder relajarme y quedarme con la historia, al fin de cuentas solo puedo jugar en fin de semana y si me quedo los dos días atascado en un Boss no recuerdo nada para la próxima semana.
Soy incapaz de jugar en una dificultad que no sea la máxima. Aunque me maten 500 veces en cada enfrentamiento. Si no estoy jugando en la máxima, no estoy a gusto, no disfruto (salvo que la dificultad máxima incluya un cambio ridículo, como muerte permanente o algo así, como en Wolfenstein).
Lo bueno es que aunque al principio me frustre y me estrese, aprendo a jugar adaptándome a ese nivel de exigencia y acabo siendo mucho mejor.
Depende del juego. Cosas como Doom las juego en fácil porque a lo que voy ahí es a sentirme un berserker imparable, no a estar muriendo cada dos pasos.
Aunque alguna vez si que me lo he pasado en máxima dificultad y tiene su gracia, pero no es lo que busco
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