Es comprensible. Hay que tener en cuenta que en aquellos años la inmensa mayoría de videojugadores eran chavales, y que a lo sumo recibían uno o dos juegos nuevos al año; por Navidad y por su cumpleaños. Esto significaba que sólo disponían de uno o dos juegos para todo un año, y que por supuesto los iban a quemar hasta hacerse el cien por cien (razón por la que los juegos antes también solían tener más secretos). Si un juego era corto era un punto negativo porque significaba que lo iban a completar antes, y por tanto, a cansarse de él mucho más rápido...
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