El escritor reflexiona sobre esta cuestión en su último post en su blog personal, donde no duda en señalar el preocupante aumento de la toxicidad en la comunidad virtual. “2023 fue un año de pesadilla, para el mundo y la nación y para mí y los míos, tanto a nivel profesional como personal. Me alegro mucho de que haya terminado. Desafortunadamente, hasta ahora el año 2024 parece ser aún peor… Hay guerra en todas partes. Ucrania y Gaza dominan las noticias, pero también hay una guerra en Myanmar que nuestros medios occidentales simplemente ignoran, las cosas se están calentando en Yemen y el Mar Rojo, Corea del Norte tiene armas nucleares y está probando misiles y haciendo sonar sables, Venezuela amenaza con anexar tres cuartas partes de la vecina Guyana… Miro a mi alrededor y parece como si toda mi generación de escritores de ciencia ficción y fantasía se hubiera ido. Sólo quedamos un puñado de nosotros… ¿Y por cuánto tiempo, me pregunto?”. “Bueno, me consuelo donde puedo. En tronos de chocolate, al menos en ningún otro lugar. En los libros. En películas y programas de televisión… Aunque incluso allí, la toxicidad va en aumento. Solía ser divertido hablar sobre nuestros libros y películas favoritas y tener animados debates con fans que veían las cosas de manera diferente… Pero de alguna manera, en esta era de las redes sociales, ya no es suficiente decir: No me gustó el libro X o la película Y. He aquí por qué. Ahora las redes sociales están gobernadas por anti-fanáticos que prefieren hablar de las cosas que odian que de las que aman, y se deleitan bailando sobre las tumbas de cualquiera cuya película haya fracasado”.