La producción de la película corre a cargo de Paramount Pictures, Platinum Dunes y Sunday Night Productions, con John Krasinski manteniendo su implicación en la franquicia como productor, junto a Michael Bay, Andrew Form y Brad Fuller. El ingenio de la nueva película reside en la simplicidad de su premisa: tomar el núcleo central de las entradas anteriores pero cambiar el escenario. Este ajuste solo afecta drásticamente los riesgos, explorando cómo los ciudadanos de una de las metrópolis más ruidosas del mundo, Nueva York, se enfrentaron a la llegada de estas criaturas voraces.