Nadie va donde no lo llaman, ¿verdad? ¿Incluso cuando tienes ganas? En una reciente entrevista Ridley Scott dejó claro que, tras el éxito que resultó Alien en 1979, una posible secuela solo era cuestión de tiempo... y avaricia. Pues así fue, aunque tardando un poco más de lo esperado en 1986. Aquella película estuvo dirigida por James Cameron, un tipo que tranquilamente se codea junto con Ridley Scott en el olimpo de los mejores directores. Y sí, aquella película también fue un éxito. Con dos hits de semejante tamaño, otro par de películas estarían garantizadas, y es justo aquí cuando empieza el bajón de calidad. Ridley Scott comenta que "estuvo lento" para reaccionar y no dejó indicios a los productores de que quería dirigir dichas secuelas. En su lugar, eligieron a nombres como David Fincher o Jean-Pierre Jeunet, los cuales indudablemente tienen talento pero no lograron dar en el clavo de lleno. Sin embargo, Scott recalca el poco interés que tenían los productores en usar su nombre, pues en vista de tener disponibles a nombres como Cameron o Fincher, decidieron dejarle de lado y con Scott simplemente no intentando."Soy el autor de dos franquicias. La mayoría de los directores de Hollywood -desde luego, digamos, a mi nivel- no dejan pasar esas cosas. Pero hice Alien como mi segunda película, así que no tenía muchas opciones. Y Blade Runner fue mi tercera película. Así que no tuve elección porque tuve compañeros muy duros. Fue una especie de 'Bienvenido a Hollywood'". Scott declaró que también le hubiera gustado dirigir la secuela de Blade Runner. Una labor que quedó en manos de Nicolas Winding Refn, uno de los mejores directores actuales sin duda alguna. Al menos hay que admitir que estos productores, aun cuando deciden 'hacerle la cobra' a Ridley Scott, tienen buen ojo para su reemplazo.