Bioshock es un título muy llamativo para que se presente como una película debido a esa narrativa tan pulida que supo crear Ken Levine. Cuando Netflix supo de este potencial, se puso manos a la obra para producir un filme. Sin embargo, a pesar de llevar ya un buen tiempo en borradores, se ha sabido que los productores han decidido reducir costos y cortar una buena parte del presupuesto pensado para la película. No se sabe exactamente los números de los costes, ni el original ni el porcentaje retirado, pero los portavoces fueron enfáticos en que la reducción fue significativa. Lo que estaba pensado en ser un producción gigante, será ahora un trabajo "más personal".Esto es lo que Roy Lee, productor de la película nos dejó saber: "El nuevo régimen ha reducido los presupuestos. Por eso, estamos haciendo una versión mucho más pequeña… Será un punto de vista más personal, en lugar de un proyecto más grande y grandioso."