Segun Francis, él y el actor llegaron a un acuerdo sobre la recración de su imagen en 1993, un año antes de que el actor falleciera. Disney se defendió alegando que no necesitaban de ningun permiso debido al contrato del actor con Lucasfilm en 1977, en el cual le pagaron $37,000 a través del representante del actor para índoles del mismo tipo: reproducción de su rostro en distintos formatos para uso de marketing, merchandising o secuelas cinematográficas.
Las pruebas que ambas partes presentaron tienen valides legal a primera vista, por lo que el juez encargado del caso ha decidido llevar la demanda a un tribunal, se presume que una de las dos partes podría estar mintiendo, pues es inverosimil que el actor haya dado luz verde a dos contratos opuestos y que ambos lleven su firma.