Durante el tiempo en que se anunció el regreso de Ranma 1/2 como remake para Netflix y el día del estreno oficial, surgieron múltiples rumores en la audiencia sobre el nivel de censura que tendría esta nueva serie, adaptada a tiempos modernos y públicos de todo tipo. La obra creada por la mangaka Rumiko Takahashi no tenía problemas en ser explícita tanto en manga como en la versión para TV de los 90s.

La censura que ha recibido no solo tiene que ver con disminuir el detalle de los desnudos de algunos personajes, sino también eliminar escenas completas que, segun los más puristas va en contra de la libertad creativa.

A partir de aquí surge también un debate sobre las imposiciones de algunos productores de censurar un producto donde el erotismo y la desnudez son parte fundamental de la trama. No se trata de un fan service gratuito, sino de un pilar fundamental de la obra, hasta el punto de determinar la personalidad de algunos personajes ademas de influenciar la trama.

Aquí es donde muchos afirman que la decisión final de tanta censura ocurrió precisamente por la alianza con Netlfix, al ser una plataforma para todo público, los creativos de la serie no tuvieron que hacer más sino adaptarse a los estándares de los que ponen la pasta y distribución. Y también es cierto que la propia autora de la serie ya nos había advertido que la nueva adaptación bajaría un poco las revoluciones para acoplarse a estas regulaciones.

Más noticias