ANÁLISIS: Monster Hunter Wilds

En la vida de todas las generaciones de consolas hay momentos clave dignos de ser recordados. Los gamers esperamos nuestra saga favorita con mucha paciencia y cuando por fin la tenemos en nuestras manos el mundo se detiene. Si tenemos la suerte de tener días libres de vacaciones en el curro suele ser buena idea pedirlos para poder disfrutar del lanzamiento sin distracciones. El próximo viernes llega uno de esos momentos porque saldrá a la venta Monster Hunter Wilds. Nosotros tenemos la suerte de llevar unos días jugando y no podíamos estar más contentos con el resultado.

Monster Hunter Wilds es una entrega muy importante para Capcom. La compañía japonesa ha decidido dar un paso adelante para cambiar aquellas convenciones que ya se habían asentado en la saga. Esta nueva entrega de la franquicia le da una tremenda importancia a la narrativa. Podríamos decir que se han casualizado bastante las características del juego para hacerlas más accesibles al gran público. Esta decisión se ha tomado para allanar el camino al gran público que se sentía abrumado con cada lanzamiento de un Monster Hunter. Son juegos que requieren un conocimiento mínimo de las clases, las armas, las criaturas y que se disfrutan más cuando tienes un grupo de amigos que domina todas las facetas del juego.

En Wilds las misiones principales de la trama se nos presentan con escenas cinematográficas que consiguen mantenernos en tensión durante los primeros compases del juego. En esencia funciona pero no puedo evitar sentir que quizás está demasiado guiado y he terminado echando de menos un poco más de libertad. La esencia del juego siempre ha sido pelear contra enormes criaturas de manera épica y esta dramatización de cada paso que dan los personajes rompe bastante con el ritmo del juego. Nunca he tenido problema con una experiencia de juego más pasillera pero cuando cada función del juego se va desbloqueando cada ciertas horas puede resultar algo tedioso. 

La cosa mejora cuando abandonamos el Rango Bajo y subimos a Rango Alto. Es el equivalente a ascender a Primera División después de un añito en el infierno. Cuando más he disfrutado del juego ha sido en los combates contra las criaturas más grandes y épicas que te puedes imaginar. Como ya sabrás gracias a las incontables previews que ha tenido el juego existen un total de 14 tipos de armas que deberemos dominar para salir victoriosos de combates bastante exigentes. Pero no todo es machacar el botón de ataque y clavar los parrys. Todo buen cazador debe tener listo su set de trampas, bombas y ganchos. La principal novedad a nivel jugable es el Modo Preciso que nos propone el juego. Para utilizarlo solo debemos mantener pulsado el gatillo y apuntar hacia los puntos débiles del enemigo. Una habilidad que resulta clave dominar y que nos pone las cosas más fáciles en los combates más exigentes. También se ha implementado un nuevo sistema de heridas que aturden a los enemigos y hacen un daño devastador. 

Si no te gusta jugar en compañía y eres un lobo solitario te gustará saber que existe un sistema de NPCs que completan nuestro equipo de cazadores. La IA funciona bastante bien y se comportan de un modo muy realista. Encima te curan cuando toca, no como ese desgraciado pato de otra franquicia que todos conocemos.

Una de las cosas que se han recreado con éxito es la idea de un gran mundo abierto con poblados y enormes y variados escenarios repletos de enemigos. El mundo se siente realmente vivo y es una pasada contemplar a las bestias en su propio hábitat. Tanto es así que a veces da hasta lástima romper la armonía de la naturaleza. Pero somos cazadores y hemos venido a jugar. Moverse por cada región es un auténtico disfrute, todo sin tiempos de carga y en compañía de nuestra montura. Olvídate de las tediosas visitas al campamento de otras entregas de la saga porque todo el sistema de suministros, afilado de armas y preparación funciona de manera orgánica y a las mil maravillas.

El juego puede ser completado en 15 horas, siguiendo la trama sin complicaciones. Para ver todo el contenido, completar todos los desafíos y vencer a las criaturas más difíciles de derrotar el juego se nos alargará hasta las 35 horas.El problema es que durante las últimas horas te quedas sin demasiadas cosas que hacer y el sentimiento de que la dificultad del juego no es tan alta como se podría esperar, convirtiéndose en un paseo para los jugadores más experimentados.

Donde el juego sí puede alargarse hasta el infinito es en su multijugador. Existen diversas salas online donde nos encontraremos con otros jugadores. También podemos unirnos a otras cacerías siguiendo las bengalas de ayuda, crear clanes, en definitiva un auténtico disfrute para los que tengan un grupo de amigos y quieran pasar horas y horas de cacería.

A nivel gráfico cumple con lo esperado y los monstruos son simplemente espectaculares. Sin embargo las texturas y el popping a veces le juegan una mala pasada. Hemos jugado en un Playstation 5 base y lo más recomendable es utilizar el Modo Rendimiento para lograr 60fps pero el juego se ve visiblemente peor a nivel de modelados e iluminación. En cuanto al apartado sonoro es de agradecer que nos haya llegado con un doblaje al castellano sublime.

Monster Hunter Wilds es todo lo que se podría esperar de un juego de la franquicia pero adaptado a los nuevos tiempos. A los seguidores de siempre les pueden resultar incómodas algunas decisiones pero Capcom ha preferido abrir las puertas de par en par al gran público. El juego es más accesible que nunca pero el precio a pagar está en su contenido. Algo que sin duda serán capaces de subsanar gracias a Expansiones y contenidos adicionales. Dicho esto, el juego es todo lo bueno que puedes esperar. En cuanto a combates épicos, acción desmedida y diversión sin límites Capcom sigue sin tener rival en esta generación. El futuro de la franquicia es muy prometedor. Puede que Wilds no sea la entrega definitiva pero mientras encuentran el punto medio entre tradición y casualización nosotros podemos seguir disfrutando.