Sin duda se trata del dato curioso del día. Un grupo de desarrolladores canadiense estaba financiando un tipo de control de juego llamado Blood Sport. Básicamente se trata de una modificación de un mando de Xbox 360 que estaba conectado a nuestro brazo mediante una sonda.

Lo realmente escabroso del tema es que si perdemos sangre en un juego, también la perdemos en la vida real. Los propios desarrolladores afirman que la cantidad de sangre estaba destinada a ser donada, pero parece que la idea no ha gustado en Kickstarter, que ha decidido suspender la financiación. Por el momento llevaban 3.390 dólares recaudados de los 250.000 que pedían. ¿Os imagináis la tensión que se debe sentir al jugar a Dark Souls? ¿Qué juego tendrías pánico de jugar con este controlador?

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