El mundo de los videojuegos tiene unos géneros muy predefinidos. Durante la última década hemos visto infinidad de shooters, aventuras de mundo abierto y misiones en las que el sigilo nos obliga a infiltrarnos de puntillas en las bases enemigas. Todos hemos oído hablar de sagas como Splinter Cell, Grand Theft Auto o Mortal Kombat. Hoy os proponemos recordar los orígenes de algunos de estos juegos. Para ello hemos llenado el Delorean de gasolina y nos hemos traslado a los años 80 y a la genial Spectrum.

Saboteur \(1985\)

Los videojuegos estaban muy verdes y las propuestas de la mayoría de juegos no pasaban de llegar a cierta puntuación o tener más reflejos que nuestro adversario. Saboteur nos propuso un aventura en la que debíamos infiltrarnos en una megacorporación vigilada por cientos de guardias y cámaras. El hecho de poder entrar por las alcantarillas o mediante un ala delta es algo que podría pertenecer a Splinter Cell, Metal Gear, Hitman o cualquier juego de infiltración. Infiltrarse con sigilo mola mazo.

Barbarian \(1987\)

Hablar de juegos de lucha hoy en día es sinónimo de contenido descargable de pago y de palabras como Ultimate, Ultra, Extreme, Hyper en los títulos. Cuando el género de liarse a tortas estaba dando sus primeros pasos, Barbarian nos sorprendió con sangrientos combates en los que cada guerrero tenía sus propias habilidades y tenía remates que llenaban la pantalla de sangre. Con estos combates no los pasábamos pipa.

Turbo Esprit \(1986\)

Grand Theft Auto y Driver contribuyeron a crear el mundo de los sandbox tal y como lo conocemos hoy en día. Lo que quizás mucha gente no sabe es que Turbo Esprit nos permitía patrullar un coche de policía al más puro estilo Torrente y detener a los traficantes de droga. Parece ser que ser los malos de la película todavía no estaba de moda. Nunca fue tan super cool patrullar por las calles de nuestra ciudad.

La Abadía del Crimen \(1987\)

El género de las aventuras gráficas vivió una auténtica revolución con juegos como La Abadía del Crimen, un título desarrollado en España que estaba basado en la novela de El Nombre de la Rosa de Umberto Eco. Por primera vez éramos los protagonistas de juegos que contaban conversaciones con decenas de personajes y una ambientación increíble para la época. Los videojuegos se acercaban por primera vez a las experiencias cinematográficas. Jugar a este juego es marcarse un Perfect!

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