Bueno, ahora que ya he presentado el mundo de Demon's Crest quiero hablar del que probablemente sea el elemento más atractivo del juego, es decir, Firebrand. Nuestro demoníaco protagonista fue un nido de frustración y dolor en la saga Ghost n' Goblins, pero aquí lo único que puedo decir de él es que es un auténtico placer controlar a este bicho; Firebrand hace todo lo que un demonio que se precie debería hacer, y más. Es capaz de volar para mantenerse en el aire, escupir fuego, agarrarse a las paredes, pegar cabezazos para destruir elementos del decorado... Y eso sin contar con que puede utilizar diversas pociones mágicas para recuperar vitalidad o incluso hechizos que tienen diversos efectos en los enemigos y en el escenario.
Pero sin lugar a dudas lo que más me gusta de Firebrand es que gracias a las piedras mágicas se puede alterar su aspecto, y con él, sus habilidades. A mí siempre me han gustado mucho los juegos como Mega Man donde puedes personalizar las habilidades de tu personaje, obteniéndolas tras derrotar a tus enemigos. Pues bien, Demon's Crest es uno de esos juegos.
Firebrand posee por defecto desde el principio la piedra del fuego, la cual le permite volar y escupir llamas. Más adelante, sin embargo, obtendremos habilidades extra que nos permitirán escupir tornados, rayos que parten bloques de piedra... Y luego están las otras cinco piedras, que nos harán transformarnos en demonios diferentes, cada uno con sus propias habilidades únicas. De esta forma, la piedra de la tierra nos convertirá en un demonio marrón sin alas muy musculoso que obtendrá la habilidad de embestir a gran velocidad algunos elementos del escenario para destruirlos; la piedra del aire nos transformará en un demonio con apariencia de murciélago de grandes alas que nos permitirán volar por todo el escenario en vez de quedar suspendidos en el aire; la piedra del agua nos transformará en un demonio acuático con aspecto de tritón con la que podremos nadar y bucear con facilidad sin sufrir ningún daño; y la piedra del tiempo nos permitirá ser un demonio de largos cuernos y con una piel tan dura como la piedra, lo que nos permite aguantar el doble de golpes antes de morir. En cuanto a la piedra del cielo, que como se muestra en los créditos otorga la misma apariencia a Firebrand que la del tiempo pero volviéndolo de color púrpura, no se llega a utilizar en ningún momento en el juego, siendo por desgracia un cabo suelto bastante importante.
Las piedra mágicas funcionan básicamente como las evoluciones del pokémon Eevee, pero aún mejor. Cada una otorga sus propias habilidades y ofrece una jugabilidad más variada y divertida. Si le tuviese que buscar un defecto a este sistema de transformaciones es que resulta muy tedioso el cambiar cada forma; cada vez que queramos hacerlo tendremos que pulsar start y seleccionar la habilidad a elegir en el menú. Me gustaría que se pudiese cambiar de inmediato con solo pulsar “L” o “R” como hacían otros juegos de su época.