Imagina llevar meses y meses entrenando para el gran momento. Has llegado a la final y en juego están más de 200.000 dólares. En esta situación se encontraba Maux Moncivaez el pasado domingo con su equipo Geg.G en la final de la Call of Duty Pro League de Miami. Lo que no contaba es que en la segunda ronda su mando dejaría de funcionar, concretamente uno de los gatillos. “Literalmente tuve que seguir jugando y cambiar mi configuración porque mi gatillo no funcionaba. Mi mando se rompió como fuese antes de que empezara el primer mapa y llamé aun árbitro de inmediato y me entrega un jodido clip... Estoy jodidamente dolido. Estaba bajo una tensión tan grande que simplemente no pensé en poner mi otro mando, y eso es culpa mía."