El Terror Atómico, o cómo los Estados Unidos y la Unión Soviética mantuvieron al mundo en vilo con la amenaza de la guerra nuclear mientras trataban de descubrir quién la tenía más grande. En un tono más formal, el término correcto a utilizar en estos casos es el Equilibrio del Terror, y viene desde bastante más atrás de lo que uno pensaría,remontándose a la Europa post napoleónica, a la Europa de la guerra de sucesión española o a las secuelas de la Guerra de los treinta años. Se trata de un concepto en el que la paz se mantiene por la escala de destrucción y pérdida de vidas humanas y daños materiales que supondría un enfrentamiento entre los grandes poderes del momento. Y también dice mucho de los zumbada que está nuestra especie para que esto se remonte tan atrás en el tiempo.Y para ser sinceros, parece ser la única forma de que la gente se comporte de una manera medianamente normal, ya que la amenaza de la destrucción mutua asegurada parece ser suficiente para aclararle las ideas al personal. No obstante, esto plantea la pregunta, ¿y si no hubiese funcionado o dejase de hacerlo? ¿cómo encara el mundillo la idea de la aniquilación nuclear? Pues como no podía ser de otra manera, no hay una sola respuesta. Del tirón surgen cuatro escenarios posibles, aunque seguro que deponerse a buscar salen muchos más. El primero de estos es la franquicia de Fallout, más concretamente el Fallout como Bethesda lo plantea. El mundo se va a tomar por saco, pero oye chico, que esto no es el final. La radiación es una faena,hay escombros y viejos vestigios de gloria por doquier, la fauna se ha vuelto mucho más interesante y peligrosa, y el débil sufre mientras el fuerte aguanta como puede. Fallout basa mucha de su personalidad en la distorsión de la realidad que rodea al personaje, que puede pasar de ser una ruina donde matas cucarachas del tamaño de gatos a golpes al ritmo de una canción pegadiza a un páramo envenenado e inhóspito donde cucarachas del tamaño de p*tos gatos pueden comerte vivo. Se trata de la dualidad entre una perspectiva donde el mundo ha hecho borrón y cuenta nueva, donde se puede empezar de cero para construir algo nuevo y “mejor” (o no) que pasa a ser un yermo baldío con un estilo de vida basado en la supervivencia para muchos donde el más mínimo desliz o cualquier estupidez puede acabar con la vida de alguien. Todo son risas y bromas hasta que alguien apaga la radio y la música deja de sonar, pero bueno, que te quiten lo bailao, supongo. Por otra parte, Metro es una visión mucho más sobria de la situación. Ubicado en la otra punta del espectro tanto en lo geográfico como en lo ficticio, los túneles del metro de Moscú albergan lo que podría considerarse como un puñado de supervivientes, más aún si se los compara con la anterior población de la ciudad. La fauna consiste en un montón de monstrencos que pueden matar a una persona en un abrir y cerrar de ojos; hay cosas y anomalías que nadie parece saber de dónde salieron y qué hacen, además de matar al personal, y cómo no los humanos forman bandos y facciones por la más nimia diferencia, matándose entre ellos también. No obstante, pese a lo lúgubre de la situación y la penosa vida que llevan los diferentes personajes, siempre queda un pequeño atisbo de esperanza para llegar al próximo día, ya sea por el deber, por alguna razón indescifrable, o, simplemente, por sacarle el dedo medio al entorno en el que viven, dando a entender que no se rendirán tan fácilmente.Y la aniquilación juega un papel central en la trama, ya que, pese a ser la causa de la destrucción del mundo tal y como se conocía, resulta ser la clave para lidiar con la mayor amenaza a la que se ha enfrentado el metro hasta el momento, eliminando además a buena parte de los héroes y los villanos en la secuela. Este punto de vista, que la naturaleza de algo depende de lo que se haga con ello y su utilización, lo explica el personaje de Khan con la metáfora del fuego, la cual resulta bastante acertada tanto para esta franquicia como para la anterior, siendo la energía nuclear la herramienta a la que la especie humana debió parte de su prosperidad y la causa de su caída En otra esquina del cuadrilátero se encuentra Tom Clancy’s Endwar, título de estrategia cuya trama inicia con el uso de las armas nucleares. No obstante, en lugar de dar pie a un battle royale que no tendrá un ganador claro, la trama toma otro camino, uno donde una Europa federal y Estados Unidos desarrollan de manera conjunta el sistema antinuclear definitivo. Se despliegan satélites de unos y otros, los de los primeros disparando láseres y los de los segundos barras de tungsteno, y para probar (y garantizar) su eficacia no hay mejor idea que dispararse armas nucleares el uno al otro. Si eso no es tenerlos como los del caballo de Espartero… La cuestión, que el sistema funciona, los dos quedan como héroes y el mundo celebra el final de la guerra nuclear. Todos felices, ¿no? Pues no. La cosa se tuerce, y donde antes había armas nucleares que hacían de su uso complicado y un último recurso, esta nueva generación de armas de destrucción masiva causa igual o más daño, pero sin el peligro que conllevaba la radiación. Conforme la situación se acerca más y más a la tercera guerra mundial, ya no hay un solo botón de destrucción, si no que hay tres, y hacen que las antiguas cabezas nucleares parezcan casi juguetes. Reza el dicho que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, y lejos de lidealismo que en ocasiones marca la visión del futuro, esta vez las cosas dan un giro que es al mismo tiempo una novedad y algo completamente predecible. La nueva generación de armas de destrucción masiva acabó haciendo honor a su nombre y volviéndose aquello que debía destruir, pero siendo mucho más mortífero.Finalmente hay que mencionar a DEFCON. Quién lo conozca reconocerá cierta película bastante similar, que también trata el tema. No obstante, la situación es diferente. En Fallout la aniquilación ocurrió hace tiempo, quizá hace siglos; en Metro hace ya décadas de ello, y hay quién se aventura a la superficie por motivos varios. En Endwar el daño es mucho más localizado, aunque la frecuencia del uso de estas armas puede volverse más que alarmante. Aquí se empieza en DEFCON 5, donde se despliegan flotas, unidades aéreas y baterías de misiles. Las tortas empiezan en DEFCON 4 con guerra convencional: bombardeos de aviones, ataques de misiles, navíos matándose a cañonazos… el garrotazo y tentetieso habitual, vamos. La cosa se va calentando conforme el indicador sube a DEFCON 3 y, posteriormente, a DEFCON 2.En este punto la situación es completamente diferente, ya que, llegados aquí,se sabe lo que viene. Se alcanza en DEFCON 1, la aniquilación nuclear. Las cabezas nucleares se lanzan desde submarinos, silos y bombarderos por la orden que el jugador ha dado, y la situación diferente a Endwar. En el mundo de Tom Clancy, el jugador solicita ataques de destrucción masiva, pudiendo ser victima de los ataques de su propio bando, pero no es más que otro engranaje, dirigiendo sus tropas desde la distancia, pero en un vehículo de mando. En este último título, el jugador es el único y principal responsable de la guerra nuclear. Se destruyen bases y silos mientras se intenta interceptar los misiles enemigos,pero no es suficiente, y finalmente las ciudades son atacadas. Y empiezan los números y los nombres, no pudiendo hacer más que ver como suben y suben, hasta que, en algún momento, deja de hacerlo. Tras esto, se llega a la pantalla final, donde se muestran los muertos de cada bando, contándose en millones y haciendo honor a la coletilla del título “everybody dies” conforme la radiación se esparce, cubriendo el mapa de una neblina verde. No hay una pantalla de victoria, no hay un ganador, simplemente hay alguien que ha perdido menos que los demás, mientras el jugador mira desde su refugio tras dar la orden. Merece además una mención de honor la banda sonora del título, o la ausencia de la misma. Apenas hay sonidos en el título más allá de las alarmas y de la ocasional transmisión por radio, donde puede oírse desde lloros hasta órdenes de personas que, muy probablemente, no sobrevivan a ello.Esto lleva a… ninguna parte realmente, simplemente me apetecía hablar sobre cómo trata el medio un aspecto que resultó tan crucial para el mundo. Más aún cuando otras franquicias más centradas en la acción utilizan el estallido de un arma nuclear como clímax en la trama, generalmente marcando un punto y aparte en la misma, pero sin entrar en las consecuencias que tendría un evento así a lo largo y ancho del globo. Por lo que la exploración de temas como este suele ser ignorada o relegada a estudios mucho más pequeños.Muchísimas gracias por leer.