Naoki Yoshida, productor de Final Fantasy XVI, asegura que quieren 'centrarse menos en la apariencia externa de los personajes y más en lo que son como personas'. "Es una pregunta difícil, pero no inesperada (...) La respuesta que tengo, sin embargo, puede acabar siendo decepcionante para algunos, dependiendo de las expectativas individuales" "Nuestro concepto de diseño, desde las primeras etapas de desarrollo, siempre ha tenido como protagonista a la Europa medieval, incorporando los estándares históricos, culturales, políticos y antropológicos que prevalecían en la época" "Debido a las limitaciones geográficas, tecnológicas y geopolíticas subyacentes de este escenario, Valisthea nunca iba a ser tan diversa como, por ejemplo, la Tierra de hoy en día... o incluso Final Fantasy XIV, que cuenta con un planeta entero (y una luna) de naciones, razas y culturas a su disposición". "Pensamos que, aunque la incorporación de la diversidad étnica en Valisthea era importante, una incorporación excesiva en este único rincón de un mundo mucho más grande podría acabar provocando una violación de los límites narrativos que nos habíamos fijado en un principio. La historia que estamos contando es fantasía, sí, pero también está arraigada en la realidad". "Puede ser un reto asignar etnicidades distintivas al antagonista o al protagonista sin disparar las ideas preconcebidas del público, invitando a la especulación injustificada y, en última instancia, avivando las llamas de la controversia (...) Al final, simplemente queremos centrarnos menos en la apariencia externa de nuestros personajes y más en lo que son como personas: personas complejas y diversas en su naturaleza, orígenes, creencias, personalidades y motivaciones"