Final Fantasy es una de las franquicias más importantes de la historia de los videojuegos y personalmente una de mis favoritas. Square Enix tenía la responsabilidad de volver a atrapar a la gente y volver a ser el referente de todos los juegos del género. Para ello ha contado con un nuevo dream team: Naoki Yoshida (productor), Hiroshi Takai (director), Ryota Suzuki (director de combate), Kazuya Takahashi (diseñador de personajes) o Masayoshi Soken (compositor). El resultado es un juego impresionante que me ha cautivado de principio a fin. La demo de hace unas semanas solo era el aperitivo de algo MUY grande que será recordado durante años.

La historia está ambientada en el mundo de Valisthea, donde los territorios históricamente han estado en guerra por el control de los Cristales Madre con los que se crea la magia. Es aquí donde cobran especial importancia los Dominantes, personas que son capaces de invocar a un Eikon y utilizar sus poderes. Nosotros somos Clive Rosfield, un joven que vive atormentado por la muerte de su hermano pequeño.

A las pocas horas ya conocemos a un montón de personajes. Entre ellos destaco a Cid, con un vozarrón espectacular y a una Benedikta que odiaremos desde el primer momento en que la vemos. Los propios desarrolladores del juego han reconocido que se han inspirado en la narrativa de Juego de Tronos y creo que ha sido un acierto en toda regla.

La historia engancha y es imposible soltar el mando mientras vamos descubriendo un mundo de traiciones, giros de trama y combates épicos. El juego tiene un tono oscuro que le sienta a las mil maravillas y trata al espectador con respeto.

Clive es un Jon Snow con perro incluído. Durante los primeros compases es normal tenerle un poco de manía pero poco a poco sabe ganarse nuestro corazón y se ha convertido en uno de nuestros protagonistas favoritos de la saga. No quisiera hacer ningún spoiler pero debo decir que la segunda mitad de la aventura se vuelve más típica y pierde parte de las bases a nivel de narrativa. Sorprende ver dos partes tan diferenciadas en un título tan importante. Me entenderéis cuando lo veáis pero de repente desaparecen todos los complots y traiciones y todo gira en torno a un villano que es movido por las mismas historias de siempre.

Es hora de hablar del sistema de combate. En esta ocasión han apostado por la acción en tiempo real.Los combates son más espectaculares que nunca y se parecen a lo que hemos visto en auténticos referentes del género como Devil May Cry 5. Los combates son más divertidos que nunca y los controles son fáciles de dominar.

Tenemos el botón de ataque, el de esquivar, el de hechizos a distancia y el de las acciones de nuestro Eikon. Podemos tener hasta 3 Eikons equipados al mismo tiempo y cambiar entre ellos será tan fácil como pulsar L2. También existe una barra de Límite que nos permitirá potenciarnos y curarnos durante unos instantes. Y atento porque no faltan los parrys. Si es esquivamos o atacamos en el momento exacto el tiempo se detiene y nos abre una ventana donde podemos atacar y hacer más daño a nuestro enemigo.

Las batallas contra los enemigos masilla son divertidas pero donde más brilla el juego es en los combates contra los jefes. Hay un montón de ellos y los patrones de ataque son variados y divertidos. Pero donde el juego es más espectacular es en las batallas con los Eikons. Creedme que hay escenas de las de chillar mientras aporreamos los botones del mando como si fuese el shonen más épico de la historia. La pantalla está repleta de efectos, luces, partículas...mientras que la música épica resuena en nuestros tímpanos. En ese aspecto este juego no tiene rival.

La dificultad del juego es normal tirando a baja. El juegos nos da la opción de escoger entre Modo Historia y Modo Acción aunque es perfectamente posible pasarse el juego sin morir ni una vez. Además existen algunos objetos que ayudan los que lo necesiten. Se trata de anillos que permiten esquivar y atacar de forma automática. También hay otro que nos pone una poción de manera automática cuando nuestra salud está bajando más de la cuenta. Los que quieran un desafío disfrutarán en las Ordalías: los retos contrareloj de toda la vida en la que tendremos que sacar una determinada puntuación en la que influyen varios factores. Además cuando terminamos el juego se desbloquea la Dificultad Final Fantasy que pone las cosas más interesantes para los que buscan desafíos más exigentes.

Por último también están las Cacerías, combates contra jefes poderosos que tendremos que buscar por el mapa con pocas pistas. Por desgracia el nivel de las secundarias es un poco flojo y no dejan de ser misiones de recadero con poco aliciente más allá de ampliar la historia de nuestros aliados.

El juego tiene una duración de unas 35 horas que suben hasta las 60 horas si quieres completar todas las secundarias y cacerías.

En cuanto a la personalización de nuestro personaje todo se ha simplificado bastante. Estamos ante un Final Fantasy con poca importancia en cuanto a stats y equipamiento. Solo tenemos armas, cinturones y brazaletes. Las subidas de nivel se notan poquito y el único aliciente es entrar en el árbol de habilidades de los eikons para mejorar o desbloquear habilidades. Se le ha dado mucha más importancia al combate que al resto de elementos de un JRPG al uso. Creo que es una buena noticia en este caso pero es importante que lo sepas.

A nivel técnico el juego tiene unos gráficos impresionantes. Explorar los paisajes te deja con la boca abierta y las batallas con los Eikon son una cosa de locos. La dirección artística y el diseño de castillo y escenarios es una pasada. También merece una mención especial la iluminación que nos deja momentos brillantes como cuando exploramos una zona oscura con la luz de un hechizo de fuego.

El juego tiene un Modo Calidad en 4K y 30fps donde todo se ve de escándalo. Por desgracia hay bastantes altibajos a nivel técnico y un uso exagerado del motion blur que emborrona la imagen y puede llegar a marear en algunos casos. La alternativa es el Modo Rendimiento que con una resolución de 1080p lucha para llegar a los 60fps a costa de bajar ligeramente el nivel gráfico.

La banda sonora es de 10 y hace justicia a lo que se podría esperar. Hay composiciones para todos los gustos, tranquilas, épicas, emotivas...y tenemos un montón de guiños a melodías clásicas si prestamos atención.

El juego nos llega con textos en castellano pero las voces solo nos llegan en Japonés, Inglés o español de latinoamérica. A nivel personal recomiendo jugar en inglés, el único que tiene sincronización labial. Además, al ser una historia tipo Juego de Tronos con personajes muy occidentales pega bastante bien.

Final Fantasy XVI cumple con creces todo lo que esperábamos y se ha convertido en un claro candidado a un GOTY 2023 que promete ser algo épico.

Me gustaría destacar la historia adulta, los gráficos alucinantes, la banda sonora y lo increíblemente divertido que es el sistema de combate. Me repito pero los combates contra los eikons son lo más épico que verás en mucho tiempo. Como punto negativo está la poca importancia del equipo, las misiones secundarias y el marcado cambio de tercio en la parte final de la aventura.

Siendo conscientes de sus bondades y sus virtudes parece claro que el futuro de la franquicia está en buenas manos. Me ha parecido todo un acierto darle mayor importancia a la narrativa y al combate. En pleno 2023 y con mil opciones dentro del género Final Fantasy XVI sigue siendo el rey absoluto. Un juego que disfrutarán los más fans de la franquicia y los que la abandonaron hace algunos años. Podemos respirar tranquilos.

Nota: 9

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