Una de las fases más conocidas de Super Mario 64 transcurre en la montaña helada (la del bebé pingüino). Al entrar por la chimenea de la cabaña que está en lo alto de la montaña siguiendo un rastro de monedas, Mario baja deslizándose por la nieve. Al terminar el recorrido llega a una habitación de madera con una puerta que lleva al exterior; al abrirla, el personaje recibe una estrella.
Pero una vez que esa puerta se cierra, lo hace para siempre. Al menos hasta ahora.