"Hubo un meme que me afectó muchísimo, de mí entrando en un hotel con una caja de pizza en la mano. Esta foto fue manipulada y convertida en un personaje de Padre de familia con piernas largas y un torso corto, y fue uno de los memes más difundidos en aquel momento" "Todos se burlaban de mi cuerpo y lo comenté con alguien y me dijo: 'Vamos, es divertido'. Mira, recuerdo sentarme ahí y pensar que mi cuerpo estaba siendo usado como un chiste, era algo que no podía cambiar de quién soy y estaba por todo Instagram", añade, confirmando que se distribuyó por muchas redes sociales y cuentas, tantos de usuarios como de humor. Pese a que han pasado algunos años de este incidente, el meme le persigue. "Hasta el día de hoy, cuando veo ese meme, me cuesta superarlo" "Quitó una capa a algo que solía disfrutar, que era ponerme guapa, ir a una alfombra y sacarme fotos, y me hizo sentirme acomplejada", argumenta. "Creo que el trastorno dismórfico corporal, que todos sufrimos en este mundo, se ha extrapolado por los problemas con las redes sociales", apostilla, afirmando que incluso se convirtió en una especie de reclusa en su propia casa, saliendo únicamente cuando no había fotógrafos o lo necesitaba. "Fue genial porque me alejé de los fotógrafos, pude ser yo misma y viví muchas experiencias que la gente no fotografió. Pero, a la vez, incrementó mi ansiedad cuando me sacaban una foto. Mi ritmo cardíaco crecía e hiperventilaba",