Por lo pronto, lo único que hemos visto del juego es un trailer y algunas descripciones bastante puntuales. La anterior entrega, Ghost of Tsushima, fue un título muy fiel a la cultura japonesa y comprometida a darnos un producto de calidad antes de colarnos algún mensaje político. Incluso entonces, en el juego se nos hizo presentación de un personaje bisexual, sin necesidad de que fuera propaganda, dándole prioridad al factor humano, antes de restregarnos en la cara temas de "empoderamiento", "visualización" u otras cosas, nada de eso.
Solo tenemos como indicio dentro del juego el cambio de género del protagonista, lo cual no es suficiente para usar la etiqueta de "woke". El cambio de personaje es de hecho una idea frescal, entendiendo varios factores como el largo lapso de tiempo entre un juego y otro y también la posibilidad de desarrollar a una protagonista femenina sin necesidad de caer en tópicos, hecho de la manera correcta.
Desde un punto de rigor histórico, Japón sí que tuvo guerreras femeninas de todo tipo en la época. Aunque incluso, sino fuera el caso, hablamos de una obra de ficción, y ademas original, donde no se adapta contenido de otras fuentes. Como sí ocurre en otros productos de entretenimento; personajes icónicos que cambian de género o raza sistematicamente. No es el caso de Ghost of Yotei.
Y sobre todo, lo más importante: Vivimos en épocas de paranoia, donde vemos fantasmas por todos lados. El juego aun no ha salido y es demasiado apresurado sacar conclusiones. La idea lamentablemente ya está plantada en el colectivo, y solo el producto final podrá corroborar o refutar esta reputación.