En aquel lugar oscuro, con música tecno y lleno de "maquinitas", había una que siempre me llamó la atención, una de las dobles (que funcionaban con dos monedas), la de Tekken Tag. Era blanca y azul y tenía su propia banqueta (No he conseguido encontrar una foto).
El juego en sí no tenía ningún misterio, un Tekken y punto, encima este no tenía modo historia, así que los puñetazos eran porque sí, sin un motivo oculto o la venganza deseada, entonces ¿Por qué molaba tanto? Simple, porque tenias a prácticamente todos los personajes que Tekken había dado hasta la fecha (Todos si te sabías la forma de sacarlos, pero os recuerdo que por aquel entonces Internet no era lo que ahora, y las guías no iban y venían a la misma velocidad), eso es decir muchos personajes, algunos muy muy chulos. Es toda una ventaja porque imagina que tu luchador favorito se quedase atrapado en el primer juego, ahora podías recuperarlo.
He de decir que yo no había jugado a los anteriores, era demasiado pequeña y por casa solo teníamos un Game and Watch de mi hermana que ni siquiera recuerdo cual era, así que al empezar no tenía personajes favoritos, pero pronto le cogí cariño a dos, Yoshimitsu (que sigo usando actualmente en todos mis Tekkens) y Konimitsu (Esa si que era buena, bff).
En el juego tenías que escoger dos personajes e ir alternandolos durante toda la pelea para que no acabasen con ninguno, porque con que machacasen a uno de ellos perdias la ronda, que como siempre, eran dos las que tenías que ganar para seguir jugando.
Al llegar los dosmil decidieron que el tirón del juego era bueno y lo sacaron para PS2, no sé si la idea original era hacerlo así, pero para mí, que muchísimos años después conseguí esa consola, fue toda una genialidad, pues pude comprármelo y disfrutar de mis horas en la recreativa desde el sofá de casa.
Y por ahora eso es todo, un saludo, y ya sabéis "Happy gaming".