La autopista 80 era una enorme autopista que conectaba las ciudades fronterizas de Kuwait con Basora, la segunda ciudad de mayor tamaño de Irak en lo que población se refiere, y la vía principal que decidieron utilizar los iraquíes para evacuar sus tropas del país vecino. La retirada, iniciada el 21 de febrero, fue correspondida por la coalición, y EEUU anunció que se cesarían las hostilidades unos días después, el 28 de febrero, y fue ratificada el 3 de marzo.
No obstante, mientras los iraquíes abandonaban Kuwait mediante cualquier vía que pudiesen utilizar. Muchos optaron por cruzar el gran río eufrates, pero muchos otros volvían a casa por la ya mencionada autopista utilizando cualquier vehículo que pudiesen hallar. La autopista facilitó el traslado de personal en tanques, camiones y todo-terrenos militares además de multitud de vehículos civiles. Choches, furgonetas, camiones, autobuses... todo valía para salir de allí cuanto antes. Pero la coalición, y Estados Unidos en particular, tenía otros planes. Los días que abarcaron del 25 al 27 de febrero, aviones de las fuerzas aéreas estadounidense y canadiense atacaron al enorme convoy que se batía en retirada, alegando los Estados Unidos que aquellos hombres se retiraban para reagruparse y reorganizarse.
Aprovechándose de su completa superioridad aérea, la aviación estadounidense atacó a los iraquíes, bombardeando la cabeza y la cola del convoy y dejando atrapados a quienes se retiraban. Sin poder avanzar ni retroceder, los iraquíes quedaron acorralados en un enorme embotellamiento, del cual no había salida. Los estadounidenses bombardeaban y volvían a base, rearmándose y volviendo a despegar una vez más para bombardear a quienes habían quedado atrapados. y así una y otra, y otra, y otra, y otra vez. A los estadounidenses se unieron los canadienses, y cuando se dieron por satisfechos el convoy había sido aniquilado. Toda clase de vehículos habían quedado reducidos a chatarra humeante, desde tanques a coches civiles, y quienes no habían podido huir no eran más que cadáveres calcinados.
Esta situación continuó en la autopista 8, la continuación de la ya mencionada carretera en territorio iraquí el 2 de marzo, en lo que hoy se conoce como la batalla de Rumalia, donde fuerzas estadounidenses aniquilaron, haciendo uso de la misma excusa, a fuerzas acorazadas iraquíes que huían hacia el lago Hammar para luego retirarse hasta Bagdad.
Los números exactos de aquello se desconocen, pero se estima que murieron entre 15.000 y 20.000 personas, unas 2.000 siendo tomadas prisioneras y que fueron destruidos más de 2.000 vehículos, vulnerando artículos de la Convención de Ginebra que prohíben atacar a aquellos combatientes que han depuesto las armas (artículo común III). La autopista fue reparada posteriormente y utilizada por los estadounidenses y los británicos en la invasión de Irak de 2003.