Poco a poco entendieron que no todo se podía adaptar tan facilmente. La película de Mario Bros de 1993 es el ejemplo perfecto, nada tenía sentido en aquella película, se sentia insultante ponerle el nombre de Bowser a un tipo que era más parecido a Donald Trump que a una tortuga.
Y vale, si queréis hacer algo muy distinto a las obras originales, al menos intentad que sea decente y pueda brillar por sí mismo, pero tampoco era el caso; Muy seguramente todas estas películas les habría ido peor si tuvieran otro nombre, como producto cinematográfico, simplemente no estaban a la altura.
Quedaba claro que se habían equivocado y ninguno logró el cometido.